EA, Escuela Abierta, 2019 22, 39-45
Gómez, J. L., Lirio, J., Gómez, I. M. y Serna, R. M. | 41
educadores, para que tomen conciencia de que “necesitamos enfatizar la evaluación del aspecto sentimiento sobre
la experiencia educacional bastante más de lo que actualmente hacemos” (Novak, 2010, p. 194). Aunque pudiese
parecer irrelevante, obtener retroalimentación sobre cómo se siente el aprendiz respecto de sus pares, así como
qué percepción posee sobre lo que los demás opinan de él posee gran relevancia para docentes y discentes (Novak,
2010). En numerosas ocasiones, la mayor o menor autoestima o ego académico será parte del reflejo de lo que
tanto el grupo de aula y el docente espera de cada discente en los resultados de las pruebas de examen; pudiendo
determinar las actuaciones del alumnado.
Respecto de la importancia del ego en el contexto educativo, podríamos resaltar el hecho de que “maestros que
no tienen una fuerte percepción del ego de ‘estoy bien’ [y que] frecuentemente bajo una imperceptible o explícita
forma atacan el ego de sus estudiantes” (Novak, 2010, p. 157) influyendo en la predisposición de estos últimos
por aprender. Por esta razón es importante que el docente construya una práctica evaluativa fundamentada en un
enfoque constructivista, y que parta del conocimiento real del alumnado (Greeno y Goldman, 1998). Un estado
prolongado de exposición a pruebas de examen diseñadas sin considerar las ideas de anclaje de los aprendices y
la estimulación del recuerdo llevaría a los sujetos menos aventajados, igual que a los más creativos, a un estado de
negación y, probablemente, de abandono académico (Novak, 2010). Esto implica el problema de en qué orden o
patrón se presenta el material evaluativo con la finalidad de alcanzar la mejor aproximación al conocimiento de la
materia de estudio que el docente desea medir (Brunner, 2006).
Como mencionamos anteriormente, el aprendiz AICLE no solo ha de aprender el nuevo conocimiento curricular
que se le presenta; igualmente ha de soportar el estrés que supone la evaluación en una lengua no materna (L2).
Este alumnado también ha de afrontar los aspectos intrínsecos de la lengua vehicular sobre los cuales “Uno de los
elementos más exigentes de la escolarización es la ‘demanda’ de la prueba de que los estudiantes han aprendido
lo que se ha enseñado” (Mintzes, Wandersee, y Novak, 1998, p. 250). Así, opinamos que el proceso de enseñanza-
aprendizaje-evaluación ha de ser considerado y diseñado en su conjunto con la finalidad de evitar la memori-
zación y proveer al aprendiz bilingüe de estrategias metacognitivas, de comprensión y de representación de la
información aprendida. Del mismo modo, y desde la perspectiva que nos mantiene vinculados a la enseñanza
bilingüe, entendemos que las respuestas manifestadas por los examinandos en una escuela bilingüe tendrían que
ser igualmente valoradas si se realizasen en ambas lenguas: L1 o L2. De esta forma se evitarían situaciones como
las manifestadas por Perrenoud (1991), quien afirma que un elevado número de aprendices pasan por los sistemas
educativos con la única aspiración de evitar el mayor número de fracasos académicos, en lugar de aspirar a adqui-
rir el mayor conocimiento posible.
Otra práctica asociada al anterior proceso consistiría en la negociación del aprendizaje en un clima de aula que
estimule la participación y el desarrollo normal del ego del aprendiz. Entendemos que, especialmente en las eta-
pas iniciales del desarrollo cognitivo, el sentimiento de éxito o fracaso influiría en el subsecuente aprendizaje del
alumnado en los programas bilingües. Las etapas más avanzadas del desarrollo normal del ego en un individuo
dependen de otras etapas iniciales del desarrollo del yo (Ausubel, 1996). Por esta razón, la enseñanza básica en
lengua extranjera ha de servirse de los recursos o instrumentos que permiten el aprendizaje significativo de los
aprendices bilingües sin asaltar en modo alguno el ego de este alumnado. Probablemente debido a un material
deficientemente elaborado, el ego de los aprendices se observa en ocasiones menoscabado en las escuelas (Novak,
2010). Evitar este tipo situaciones en las aulas es fundamental puesto que, como consecuencia de una malforma-
ción del ego, algunos individuos desarrollarían determinadas patologías y neurosis (Ausubel, 2002a).